viernes, 2 de noviembre de 2012

Ensoñaciones


Sigo a duermevela, pero percibo cómo una luz tenue me hace cosquillas en los párpados.
Bajo una apariencia de déspota y consentida, nuestra propia dama de hierro, Soraya, se muestra por una vez franqueable, dejando al aire su corazoncito. Por fin comienza la reacción política ante la vorágine de desahucios desde que comenzó la crisis, más allá del Código de Buenas Prácticas para la banca creado en marzo pasado y que tan poco efecto real ha logrado tener hasta la fecha debido a sus estrecheces. Mejor tarde que nunca pues.

En un conato de acercamiento al pueblo, aunque sea promovido por un PSOE fraccionado y por la insistencia de ciertas figuras judiciales, el Ejecutivo ha anunciado la creación de un grupo de trabajo y la inminente puesta en marcha de un paquete de medidas que amortigüen el duro golpe de tantos españoles que han perdido su empleo y no pueden hacer frente a su deuda hipotecaria. Sea como sea, lo importante es el hecho de asumir el problema y querer solucionarlo.

Así estamos. Ahora sí buscan el diálogo. Para amparar a las familias sí es preciso el consenso y firmar un pacto. Para salvar a los bancos no... Pero, por encima de tanto ardid, hoy tenemos una buena noticia que celebrar. Las familias de parados que están a punto de perder sus viviendas quedan ahora a la espera de esos nuevos cambios que palien en algo su terrible drama: moratorias, carencias, alquileres sociales, dación... Sueñan con el futuro. Hay esperanza en sus vidas. Por favor, no digáis que fue un sueño.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Vertederos de empleo

Infojobs apesta. Huele a podrido. Y como él, todas y cada una de las páginas de empleo más visitadas en Internet: Infoempleo, Trabajar, Currantes... Siguiendo el mismo ritual diario, entras en ellas con la triste ilusión de encontrar, no ya el trabajo de tu vida, sino una colocación mediocre que te ayude a subsistir, a seguir el camino sin pena ni gloria. Pero una vez más tu anhelo se ve truncado. No sólo te topas con un muro humano, el que han ido construyendo junto contigo los más de cinco millones de parados españoles, sino con la poca vergüenza de los gestores de este tipo de webs, que repiten las mismas oferta día tras día hasta la saciedad, al tiempo que disfrazan el puesto peor valorado, el de comercial, con una habilidad vomitiva.

Promotores, asesores, visitadores, representantes, consultores, delegados de ventas, captadores, relaciones públicas, azafatos,... sin olvidar el rimbombamte puesto de gestor de desarrollo de clientes. ¿Quién da más? Llama la atención la capacidad humana de camuflar un puesto de trabajo, decente a todas luces, pero, no me quitarán la razón, aciago como él sólo en los tiempos que vivimos.

Claro que no le vamos a echar el muerto encima solamente a las páginas de empleo. En este purulento caldo de cultivo hasta los empresarios más necios y tontainas se están aprovechando de la crisis para hacer caja sin mojarse el culo. Para los comerciales no hay contrato, si acaso mercantil, y cobran por comisión -el que no se deja la ganancia en dietas y kilometraje-. A ver que haga cuentas... El gasto de las empresas es... cero patatero. Un negocio redondo.
Autónomos y freelance triunfan en estas páginas de empleo basura. Entretanto, los demás nos damos de leches por encontrar una oferta de dependiente, mozo de almacén o limpiadora, y que nos digan: "Su CV ha sido leído. La empresa ha desechado su candidatura". Así somos, así nos va.


martes, 11 de septiembre de 2012

Hacerse el sueco

Ikea y H&M han sabido darles a los jóvenes españoles lo que querían, por eso son a día de hoy dos de las multinacionales con más presencia y éxito en nuestro país. Y no hablamos de los bajos precios en relación con la calidad de los productos que ofrecen, vamos un poco más allá. Ambas están a la cabeza de las cadenas más importantes del mundo también en cuestión de marketing: el público quiere esto y se lo ofrecemos a mansalva, aunque para ello nos riamos en su cara. La juventud quiere libertad, independencia, rebelión. Tiene gracia que sean grandes holdings y monstruos transnacionales los que vengan a darnos lecciones ideológicas y políticas defensoras de un cambio socio-económico. A ellos, plín. No tienen ni que hacerse los suecos; ya lo son.

Ikea realza el valor del individuo como tal y nos vende el triunfo de la igualdad frente al poder de las mayorías: "Bienvenido a la República Independiente de tu casa". Y sus publicistas se quedan tan panchos. Con toda la cara. Pero es que a nosotros nos encanta. Es célebre aquel dicho muy patriota de en mi casa mando yo. Y ahora viene H&M, en su filial textil Weekday, para encumbrar las últimas acciones reivindicativas del alcalde marinaleño y parlamentario andaluz, Sánchez Gordillo, tratando de cautivarnos con el mensaje solidario más básico y manido que haya existido nunca de acabar con el hambre en el mundo: "Food to the people. No World Hunger" (Comida para la gente. No a un mundo hambriento). Antes de que se hayan vendido todas las camisetas de la colección, algo que no dudo habría ocurrido conociendo el percal, la compañía ha optado por retirarlas del mercado para evitar controversias. ¡Con lo bien que se está portando el gobierno popular con las multinacionales y así les pagan! A los directivos de la conocida marca sueca les ha faltado tiempo para recular. Ja. Y eso que Weekday no está presente en España. Todavía. Sucederá en menos que canta un gallo.

Hasta un topo vería el interés real de estas empresas modélicas firmas: vender, vender y vender. Menos mal que los españolitos de a pie no nos creemos nada de lo que sale en la televisión, tenemos los valores bien definidos y, encima, nos sale el dinero por las orejas... Hala, a seguir comprando.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Defraudados

Pienso y tiemblo. Los EREs empiezan a tocarme muy de cerca. Esta noche quizá me cueste más de lo habitual conciliar el sueño. A mí, que soy una más en la nómina de la que dicen es la empresa más grande de España, el paro... Pero está resultando que ver las fauces del lobo acechando a las personas que quiero hacen que mire más allá de mi nariz. Es entonces cuando reparo en que a mi alrededor hay un sinnúmero de víctimas del sistema que no entran en las cifras de parados, que muchos creemos afortunados por tener un empleo, pero que en su día a día son ninguneados bajo el yugo de coacciones, chantaje y amenazas encubiertas.

Con la crisis como escudo no pocas empresas hostigan a sus trabajadores, les exigen por encima de sus obligaciones estrujándoles al límite hasta mermar su aguante. Ya no hay contratos basura, sino empresas-vertedero, en las que más de la mitad no cotiza las horas que trabaja, no desempeña la labor que reza en su categoría, ni mucho menos cobra lo estipulado. El fraude ha pasado de castaño oscuro a negro azabache.
Otras sociedades, grandes y pequeñas, a la vez que reducen sus plantillas, fuerzan a los empleados que les quedan a trabajar horas extras para solventar una mayor productividad a todas luces incierta. Y para más inri, ciertas compañías atrasan los pagos de los salarios sin justificación alguna dejando con el culo al aire a su personal, que ha pasado de ser capital humano a inhumano por la continua sarta de abusos a la que es sometido. Y cómo obviar a los empleados que aún sirviendo varios años seguidos a la misma empresa son despedidos y vueltos a contratar sin esperanzas de rubricar alguna vez un contrato indefinido que por ley les correspondería.

Ésto sí que es defraudar. Y no sacar un puñado de euros haciendo cuatro trabajillos para salir adelante o dejar de pagar un par de recibos del IBI porque tienes lo justo para que los cargantes esbirros de Cetelem incumplan su promesa de meterte en el RAI.


viernes, 25 de mayo de 2012

Realidad hipotecada

Mientras mis oídos esquivan el soniquete pegadizo del himno culé, mis neuronas tratan de moldear los pensamientos que hacen cola desde hace mucho para poder salir. Hoy es la puesta de largo, así que me pongo cómoda delante de la pantalla. La noche acompaña. Está fresca y clara, ideal para atemperar el alma después de un día largo. Más que largo, difícil, porque volvemos a acostarnos sin trabajo y ya suman demasiados. Pero a la vez un día provechoso, pues las tertulias de sobremesa suelen dar mucho de sí.

Los males del bolsillo han dado paso a la esclavitud de la hipoteca, de cómo sus ataduras limitan cualquier plan de futuro. Maldita idiosincrasia española y ese afán loco por tener en propiedad una vivienda que a tantos jóvenes nos tiene insomnes. Cuánto nos queda que aprender de otras culturas... Los hipotecados suspiramos por una vida sin lastres, miramos atrás con nostalgia, soñamos con corregir nuestros pasos andados y nos ahogamos en la idea de cómo sería nuestro mundo ahora si hubiésemos escogido el camino del alquiler. Los hipotecados no vivimos, sobrevivimos. Ya no sólo nos castiga el tipo de interés variable ni el incesante paro, somos nosotros mismos quienes nos acosamos por cumplir con el banco. Y todo para qué. Para que todo nuestro esfuerzo traducido en euros vaya a parar a las manos de unos cuantos chupasangres mentirosos e ineptos.

Ahí está la otrora modélica Bankia, ahora apeada de la bolsa, temerosa de hundirse si el gobierno no actúa con premura. Aquí estamos nosotros. Deseosos de que reviente de una vez para que vean que alimentarse de las miserias de otros tiene su castigo. La debacle tampoco solventaría nuestros problemas, claro, pero posiblemente otro gallo cantaría para las generaciones venideras.

jueves, 24 de mayo de 2012

El preestreno

Llegó el día. A decir verdad, lo que llegó fue la noche. Pasan veinte minutos de la hora bruja y los dedos acarician el teclado tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a mi bebé. Es mi estreno como bloggera. Cuántos nervios. En este momento asumo el papel de entrevistada: no sé qué decir... ¿Por dónde empiezo?
Pensándolo bien, esperaré a mañana para estrenar la función. A estas horas ya tendré abierta la caja de Pandora para que puedan salir de ella mucho más que inquietudes y desazones... También risas, logros, consejos. Todo estará listo para el debut. ¿Alguien quiere un asiento?